Carmenere en Chile y el Mundo

Originaria de Francia sufrió los efectos de la plaga que afectó a Europa entre 1860 y 1870, por lo cual se pensó que lavariedad Carménère había desaparecido para siempre. Sin embargo, diez años antes de la peste europea hubo un envío de algunas plantas de esta uva al continente americano, específicamente a Chile; lugar donde, gracias a las condiciones meteorológicas y geográficas, pudo conservarse en el tiempo.

Pero la variedad, cuyo nombre proviene de la palabra carmín por el intenso color rojo de sus hojas, se comercializaba como el “Merlot Chileno”, ya que mucho pensaban que la cepa Merlot se había adaptado a las tierras de este país. 

Sería el 24 de Noviembre de 1994 que la historia daría un giro, cuando Jean Michel Boursiquot, ampelógrafo francés, al visitar los viñedos que le fueron presentados como Merlot y cuyas hojas no correspondían a las características propias de esta cepa, la identificará correctamente como Carménère. En ese momento Boursiquot mencionaría las palabras que cambiaron la viticultura de Chile: “Esto no es Merlot, es Carménère”.

En esos años nadie entendía lo que el experto en hojas de vides se refería, y no fueron pocos los que buscaron ayuda en libros antiguos de historia para entender que cepa era el Carménère. 

De esta manera, a partir de esa fecha se inició el trabajo de identificación y marcado de plantas para su separación, y se dieron los primeros pasos para aprender a vinificar esta cepa de acuerdo a sus características de maduración, ya que no había enólogos vivos que hubieran trabajado anteriormente con esta variedad.

Carménère en la actualidad

La cepa Carménère es reconocida en todo el mundo como una especialidad de Chile gracias a sus características únicas. Esta es una variedad que pertenece a la familia de los Cabernet y es de maduración lenta, por lo que es prácticamente la última en ser cosechada durante la vendimia.

¿Cómo degustarlo mejor?

Se recomienda acompañar un Carménère con todo tipo de carnes rojas y blancas con vegetales, especialmente en comidas bien condimentadas donde se realzan los sabores del vino. Y disfrutarlo a una temperatura entre 16-18º C.